La comunidad de Espinazo, ubicada en el municipio de Mina, Nuevo León, se ha transformado en un símbolo del abandono y la violencia que golpea a las comunidades rurales del estado. Reconocida por su conexión con el icónico Niño Fidencio, este lugar solía atraer a miles de turistas cada año, pero hoy enfrenta una realidad desoladora. La presencia del crimen organizado ha llevado a cierres de negocios, desplazamiento de habitantes y un clima de terror generalizado.
Guardia Nacional Ausente Ante la Crisis
A pesar de contar con un destacamento de la Guardia Nacional a pocos metros de la plaza principal, los convoyes armados recorren libremente las calles de Espinazo. Denuncias de los habitantes señalan que las autoridades federales no intervienen ante los robos, los ataques y el miedo constante. Este abandono pone en evidencia la falta de coordinación y compromiso para proteger a las comunidades vulnerables.
“Los delincuentes ingresan a las casas y cierran negocios. Nadie actúa, ni siquiera los que están frente a nuestras plazas”, comentó un habitante que prefirió mantener el anonimato por seguridad.
El Silencio del Gobierno de Movimiento Ciudadano
El alcalde de Mina, Edgar Candelario Molina, del partido Movimiento Ciudadano (MC), ha sido señalado por su inacción frente a la creciente ola de violencia. A pesar de los múltiples hechos violentos registrados, como el asesinato del Secretario de Seguridad Román Vázquez el pasado 11 de octubre y los constantes ataques a policías locales, no ha emitido declaraciones ni propuesto acciones concretas para garantizar la seguridad de los habitantes.
Esta indiferencia agrava aún más la crisis, pues los ciudadanos sienten que están siendo ignorados por las autoridades locales y estatales.
Impacto en los Habitantes y el Turismo
Espinazo no solo es una comunidad más; es un lugar emblemático para el turismo espiritual en Nuevo León. Cada año, fieles del Niño Fidencio acudían a este santuario en busca de consuelo y esperanza. Ahora, este flujo turístico se ha reducido drásticamente. La inseguridad ha cerrado tiendas, paralizado actividades y forzado a las familias a abandonar la zona.
“El pueblo está vacío; ya no hay donde comprar, y la iglesia del Niño Fidencio también cerró”, relató un testigo.
Esto refleja cómo la violencia no solo afecta a los residentes, sino que también destruye la economía y la vida cultural de la región.
¡Buenos días! ☕
— El Horizonte (@ElHorizontemx) December 6, 2024
Hoy viernes en nuestra portada:
– Denuncian arribo de criminales. Se vuelve 'Mina' un pueblo fantasma. 🏚️
– Ponen sus reglas. Se organizan regios para proteger osos … ¡y a sus vecinos! 🐻
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Inseguridad en Todo el Valle de las Salinas
La situación de Espinazo no es aislada. Habitantes de municipios vecinos, como Hidalgo y Abasolo, reportan problemáticas similares. La región se ha convertido en un corredor de actividad delictiva donde los convoyes armados, los robos y los homicidios son cada vez más frecuentes. La falta de estrategias efectivas por parte del gobierno estatal y municipal deja a estas comunidades en un estado de vulnerabilidad extrema.
¿Un Gobierno de MC Que Abandona?
El caso de Espinazo es una muestra de los fracasos de la administración local de MC. En lugar de implementar medidas efectivas de seguridad, las autoridades parecen estar ausentes, dejando que la crisis crezca. Este abandono no solo daña la imagen del gobierno, sino que también pone en riesgo la vida de los ciudadanos, quienes cada día enfrentan el miedo y la incertidumbre.
La desolación de Espinazo es un reflejo de la falta de liderazgo y compromiso por parte del gobierno de Movimiento Ciudadano en Mina. Mientras las comunidades rurales enfrentan una creciente ola de violencia, las autoridades guardan silencio y dejan que el crimen organizado tome el control. Es urgente que se implementen medidas concretas para devolver la paz a esta región y evitar que más municipios caigan en el abandono y la inseguridad.
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