A partir del 6 de enero de 2025, el sistema de transporte público en el área metropolitana de Monterrey dará un paso hacia la digitalización al eliminar el pago en efectivo. Esta medida, anunciada como parte de la modernización del sistema, ha generado más dificultades que soluciones para los usuarios. A pesar de las promesas de mejorar el servicio, las autoridades estatales han mostrado una falta de preparación ante los retos que enfrentan los ciudadanos.
Un Cambio Digital Mal Implementado
La decisión de dejar de aceptar pagos en efectivo en casi todas las rutas de transporte público fue tomada sin considerar adecuadamente las necesidades y capacidades de los usuarios. En lugar de simplificar el proceso, esta medida ha creado más barreras, especialmente para aquellos que no tienen acceso a la tecnología o que no están familiarizados con el uso de aplicaciones móviles.
El sistema de pago ahora requiere el uso de la tarjeta Me Muevo o la aplicación Urbani, pero muchos usuarios siguen enfrentando problemas con la adquisición de las tarjetas y el funcionamiento de las máquinas expendedoras. Además, las fallas en las máquinas y la falta de plásticos disponibles han generado largas filas y frustración entre los pasajeros.
La Digitalización No es la Solución para Todos
El gobierno de Nuevo León ha insistido en que la digitalización es la clave para mejorar el transporte público, pero la realidad es que la implementación ha sido apresurada y mal planeada. Muchos ciudadanos, especialmente los de la tercera edad o aquellos con menos recursos tecnológicos, se han visto excluidos de este proceso.
El principal obstáculo ha sido la falta de accesibilidad a la tecnología necesaria para pagar el pasaje. Las tarjetas Me Muevo no siempre están disponibles, y las aplicaciones móviles no son fáciles de usar para todos los usuarios. Mientras tanto, el gobierno parece ignorar las necesidades de aquellos que no pueden adaptarse rápidamente a estos cambios.
¿Quién se Beneficia de esta Medida?
Si bien las autoridades aseguran que el objetivo es agilizar el transporte y reducir la intervención del conductor, la realidad es que el verdadero beneficiado parece ser el gobierno, que presenta esta medida como un avance sin haber considerado el impacto real sobre los ciudadanos. Las dificultades tecnológicas y la falta de infraestructura adecuada muestran que el gobierno ha priorizado una agenda de modernización sin tomar en cuenta las necesidades de los usuarios más vulnerables.
La Falta de Preparación del Gobierno
A pesar de haber anunciado este cambio desde hace varios meses, el gobierno de Nuevo León no ha logrado garantizar una transición adecuada. Las máquinas expendedoras siguen presentando fallos y las tarjetas necesarias para pagar el pasaje son escasas. Además, la falta de un plan efectivo para acompañar a los usuarios en esta transición ha dejado a muchas personas sin opciones claras para poder utilizar el servicio de transporte.
Mientras tanto, las autoridades se enfocan en publicitar el cambio sin ofrecer soluciones tangibles para los problemas que han surgido, como la falta de tarjetas, la incompatibilidad de las máquinas y la exclusión de personas que no tienen acceso a smartphones o internet.
Un Cambio Necesario, pero Mal Ejecutado
El retiro del pago en efectivo en el transporte público de Nuevo León puede ser una medida positiva a largo plazo, pero su implementación ha sido deficiente. La falta de preparación por parte del gobierno ha dejado a los usuarios sin una transición adecuada, lo que ha generado frustración y caos. En lugar de mejorar el servicio, este cambio ha incrementado los obstáculos para los ciudadanos, especialmente aquellos más vulnerables.
Es necesario que el gobierno de Nuevo León se enfoque en solucionar los problemas de accesibilidad y de infraestructura antes de imponer cambios que afectan directamente a la población. La modernización del transporte debe ir acompañada de un proceso de adaptación real para los usuarios, algo que parece haber sido ignorado en esta ocasión.
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