Nuevo León se ahoga en un mar de sangre bajo el liderazgo desastroso de Samuel García. Los primeros cinco meses del año 2024 han sido testigos de una escalada sin precedentes en la violencia, con más de 500 muertes violentas registradas. Este trágico panorama es el resultado directo de la ineptitud y negligencia del gobierno estatal.
El Calvario de la Violencia en Nuevo León
Las cifras son estremecedoras: 131 muertes violentas en abril y otras 35 en los primeros ocho días de mayo. El 8 de mayo, cuatro vidas más se sumaron a la creciente lista de víctimas, llevando el total del año a 501 muertes violentas en apenas 129 días. Cada día, en promedio, casi cuatro personas pierden la vida de manera violenta en Nuevo León, una estadística que proyecta otro año de terror, con más de 1,400 homicidios dolosos si esta tendencia persiste.
Meses Oscuros de Desesperación
Los primeros cuatro meses de 2024 han sido un festín para la violencia, marcando los meses más mortales en una década. Enero, febrero, marzo y abril han visto un aumento vertiginoso en el número de homicidios, alcanzando un récord de 466 muertes violentas en solo cuatro meses. Esta es la realidad que enfrentan los ciudadanos de Nuevo León bajo el desgobierno de Samuel García.
La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León proporciona cifras que reflejan la tragedia que se vive en el estado: 117 homicidios dolosos en enero, 115 en febrero y 103 en marzo. Mientras tanto, el reporte diario de homicidios dolosos en México de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana revela un panorama igualmente sombrío, con 131 muertes violentas en abril y otras 35 en los primeros días de mayo, totalizando 501 en 129 días.
Nuevo León: Un Lugar en el Podio de la Violencia
En mayo, Nuevo León ha logrado el triste honor de ocupar tres veces el top 3 nacional de homicidios dolosos diarios. El 1 de mayo, se colocó en el segundo lugar en México con 7 crímenes, el 3 de mayo repitió el segundo lugar con 5 ejecuciones, y el 4 de mayo descendió al tercer lugar nacional con 7 personas asesinadas.
En medio de esta espiral de violencia y desesperación, es claro que el gobierno de Samuel García ha fracasado rotundamente en su deber de proteger a los ciudadanos de Nuevo León. Sus políticas ineficaces y su falta de liderazgo han sumido al estado en una crisis de seguridad sin precedentes, dejando a las familias neoleonesas en un estado constante de miedo y desolación. Es hora de que el gobierno tome medidas concretas y efectivas para restaurar la paz y la seguridad en Nuevo León, antes de que sea demasiado tarde.
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