El surgimiento político de Samuel García en Nuevo León estuvo intrínsecamente vinculado al respaldo de los prominentes empresarios de Monterrey, conocidos como el “Grupo de los 10” o “Grupo Monterrey”. Esta alianza fue crucial para su llegada a la gubernatura, un fenómeno que también se observó en el caso de Jaime Rodríguez “El Bronco”.
Desencadenantes de la Discordia
Sin embargo, la relación entre García y los empresarios ha dado un giro dramático. Las recientes revelaciones señalan una presunta red de corrupción y extorsión operada desde el gobierno estatal. Los empresarios, que en su momento fueron aliados, ahora se han convertido en los principales detractores de García.
El Golpe Más Duro: Control de la UIFE
Uno de los movimientos más significativos de los empresarios en su contra ha sido el retiro del control de la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE) de la administración de García. Esta unidad, inicialmente utilizada para investigaciones financieras legítimas, fue supuestamente instrumentalizada para realizar extorsiones a empresarios que se resistían a cumplir con las demandas del gobierno.
Revelaciones y Acusaciones Contra Samuel
Las filtraciones recientes han expuesto presuntas triangulaciones de fondos que involucran a empresas cercanas a García y a su entorno político. Las investigaciones sugieren posibles casos de lavado de dinero y corrupción en los que estarían implicados despachos fiscales asociados con el gobernador.
Implicaciones Políticas
Los escándalos que rodean a García no solo amenazan su permanencia en el cargo, sino que también tienen repercusiones en el panorama político más amplio. La credibilidad y estabilidad del partido Movimiento Ciudadano se ven afectadas, y la relación entre García y otros líderes del partido, como Luis Donaldo Colosio y Jorge Álvarez Máynez, se resiente debido a las controversias.
