La situación del transporte público en Nuevo León ha llegado a un punto crítico. Ayer, el Secretario de Movilidad estatal, Hernán Villarreal, reconoció públicamente la falta de recursos y las dificultades para cubrir pagos a transportistas. En entrevista, Villarreal admitió que el esquema de “pago por kilómetro”, implementado durante la actual administración para mejorar la calidad del transporte, enfrenta problemas presupuestales que ponen en riesgo el servicio.
Según el funcionario, el estado necesita un subsidio de aproximadamente 2 mil 750 millones de pesos anuales para mantener la operación del sistema de transporte sin elevar las tarifas, lo que ha generado incertidumbre tanto entre transportistas como entre los ciudadanos que dependen de este servicio esencial.
Falta de Recursos y Problemas de Pago
Uno de los principales obstáculos que enfrenta el sistema de transporte público en Nuevo León es la falta de liquidez para cumplir con el pago a los transportistas que operan bajo el sistema de “pago por kilómetro”. Este modelo fue implementado como una alternativa para mejorar el servicio y garantizar ingresos estables a los operadores. Sin embargo, el Secretario de Movilidad indicó que el gobierno ha tenido dificultades para cubrir los pagos de manera puntual debido a problemas presupuestales.
“Hemos tenido problemas para pagar a tiempo estos servicios. Esto tiene que ver con problemas presupuestales,” admitió Villarreal en la entrevista.
Además de los pagos atrasados, los transportistas han denunciado la falta de servicios básicos para el mantenimiento de los nuevos camiones, incluyendo estaciones de gas, refacciones y personal de mecánica especializado. Según transportistas, esta situación ha generado problemas adicionales, pues dificulta el funcionamiento óptimo de las unidades.
Subsidio Necesario para Evitar el Incremento de Tarifas
El Secretario de Movilidad detalló que se requiere un subsidio de 2 mil 750 millones de pesos anuales para evitar un aumento en las tarifas del transporte público. Este subsidio también sería fundamental para renovar la flota de camiones y mantener el servicio en condiciones adecuadas para los ciudadanos.
La cantidad solicitada cubre tanto el mantenimiento como los incentivos para grupos vulnerables, en los cuales se requeriría un monto adicional de mil millones de pesos. Sin este apoyo, el sistema de transporte se enfrenta al riesgo de deteriorarse aún más, afectando directamente a miles de usuarios diarios.
Retraso en la Adquisición de Nuevas Unidades
Otro factor que ha agravado la crisis es el retraso en la compra de 2 mil unidades nuevas, anunciadas previamente como parte de la renovación del sistema de transporte. Villarreal explicó que la demora se debe a la incertidumbre de los proveedores en torno al presupuesto estatal, lo que ha frenado el proceso de adquisición.
Actualmente, operan en el estado unos 3 mil 600 camiones, de los cuales mil 600 corresponden a rutas tradicionales y los restantes son nuevas unidades que forman parte del sistema de transporte y Transmetro. No obstante, entre el 15% y el 20% de estas unidades nuevas se encuentran fuera de servicio diariamente debido a necesidades de mantenimiento preventivo.
Transportistas Advierten Sobre una “Bomba de Tiempo”
El reconocimiento de la crisis por parte del gobierno estatal ha generado reacciones entre los empresarios transportistas, quienes califican la situación como una “bomba de tiempo” a punto de estallar. Señalan que el plan de adquirir 2 mil camiones para operar bajo el esquema de “pago por kilómetro” ha fracasado y que el sistema se encuentra colapsado.
“Llevamos retrasadas dos o tres semanas en el pago a transportistas bajo el esquema de kilómetro recorrido y estamos tratando de no retrasarnos más,” expresó Villarreal.
Los transportistas argumentan que el retraso en los pagos y la falta de recursos afectan directamente sus ingresos, lo que les dificulta cumplir con los salarios de los operadores y el mantenimiento adecuado de las unidades.
Futuro Incierto para el Transporte Público en Nuevo León
La crisis en el transporte público de Nuevo León parece lejos de resolverse. La falta de recursos, los retrasos en pagos y la incertidumbre en torno a la adquisición de nuevas unidades crean un panorama incierto para el futuro de este sistema. Sin el subsidio necesario, es probable que el gobierno estatal deba recurrir a un ajuste en las tarifas o a la búsqueda de alternativas que permitan mitigar el impacto en los usuarios.
La administración estatal enfrenta el reto de encontrar una solución sostenible para garantizar un servicio de transporte de calidad, eficiente y accesible para los habitantes de Nuevo León. La pregunta que queda es si podrá lograrlo en medio de las limitaciones presupuestales actuales.
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