- Perú Señala Nuevo Punto De Quiebre
- El Caso Chávez Profundiza El Conflicto
- Tensión Se Mantiene Mientras Perú Espera Reacciones
La ruptura diplomática volvió a tensar la relación entre Perú y México tras el asilo político otorgado a Betssy Chávez. El Gobierno peruano insiste en que el caso no corresponde a persecución, mientras la ex primera ministra sigue dentro de la embajada mexicana. Este episodio evidencia un conflicto que se arrastra desde 2022 y que hoy se vuelve un punto central en la política regional.

Perú Señala Nuevo Punto De Quiebre
El canciller peruano afirmó que la ruptura diplomática no inició con el caso de Chávez. Según explicó, desde 2022 han detectado actitudes que consideran poco colaborativas. Para Perú, este episodio fue simplemente el momento en que la tensión llegó a un nivel irreversible. La relación ya venía marcada por desacuerdos constantes en foros internacionales.
Perú sostiene que el otorgamiento de asilo político no cumple con los criterios para aplicarse. Asegura que Chávez enfrenta delitos comunes, no persecución. Por ello, el Ejecutivo peruano aún no decide si otorgar el salvoconducto que permitiría a la ex funcionaria salir de la embajada mexicana. Mientras tanto, su permanencia en el lugar sigue desatando reacciones.
En paralelo, la situación alimenta un debate mayor sobre los límites del asilo político en la región. Perú cree que esta figura se está usando de forma amplia y sin la claridad necesaria. Para las autoridades peruanas, es urgente revisar cómo se aplican los criterios, especialmente cuando involucran a figuras públicas.
El Caso Chávez Profundiza El Conflicto
Betssy Chávez fue condenada a más de once años de prisión por su participación en el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo. Desde noviembre permanece en la embajada mexicana en Lima, donde solicitó asilo político. Esta decisión generó fricciones inmediatas porque Perú considera que no se trata de un caso político, sino judicial.
La presencia de Chávez dentro de la embajada mexicana complica cualquier posibilidad de distensión. Para Perú, el asilo político no corresponde cuando una persona tiene sentencia firme y cuando el proceso judicial no muestra señales de parcialidad. Por ello, el Gobierno ha reiterado que evaluará con detenimiento cada paso que dé respecto al salvoconducto.
Además, este caso reavivó acusaciones cruzadas. Perú insiste en que México ha mostrado posturas críticas hacia su Gobierno desde el cambio de administración en 2022. De acuerdo con la cancillería peruana, estos comentarios han deteriorado el vínculo y han impedido reconstruir una relación estable entre ambos países. Ante ello, el clima bilateral se mantiene congelado.
Mientras tanto, Chávez continúa en la sede diplomática. Su situación se alarga, y el Gobierno peruano no tiene prisa en resolver el trámite. La ruptura diplomática suma así un elemento más a una cadena de desencuentros que ha marcado el diálogo entre ambos países.

Ruptura Diplomática Abre Debate Sobre El Asilo En La Región
El conflicto llevó a Perú a presentar el tema ante la Organización de Estados Americanos. Su objetivo es actualizar la figura del asilo político, definida en la Convención de Caracas de 1954. Para el Gobierno peruano, la normativa actual tiene vacíos que permiten interpretaciones amplias. Esta flexibilidad, aseguran, puede generar abusos.
Perú argumenta que el asilo político debe aplicarse con criterios más claros. Señala que algunos gobiernos lo usan de manera estratégica para proteger aliados o figuras de interés. Por ello, buscan que la discusión regional abra un proceso formal para revisar el alcance de la figura. Este paso, explican, podría evitar conflictos como el actual.
En la OEA, algunos países mostraron disposición a debatir la propuesta. Otros, entre ellos México, rechazaron abrir la conversación. Aun así, Perú espera avanzar con una presentación formal del caso en los próximos meses. Consideran que este tema podría definir cómo se manejan situaciones similares en el futuro dentro del continente.
Sin embargo, la respuesta regional determinará los próximos movimientos. Antes de decidir si concede o no el salvoconducto para Chávez, Perú quiere escuchar las posturas de otros gobiernos. Esto muestra que el conflicto dejó de ser bilateral y ya entró en un terreno más amplio, donde el asilo político vuelve a colocarse bajo revisión.
Tensión Se Mantiene Mientras Perú Espera Reacciones
La ruptura diplomática continúa mientras Chávez permanece dentro de la embajada mexicana. Perú asegura que tomará una decisión final después de diciembre, cuando terminen de organizar su presentación ante la OEA y recopilen las reacciones de la región. El proceso avanza lento, pero con una estrategia clara por parte del Ejecutivo peruano.
El Gobierno considera que la permanencia de Chávez forma parte de un problema mayor que incluye posiciones políticas, decisiones apresuradas y gestos que se acumularon durante tres años. Para ellos, reconstruir el vínculo con México no es una prioridad inmediata. La tensión seguirá mientras el caso no encuentre una salida definitiva.
Hoy, el conflicto se ha convertido en un ejemplo más de cómo el asilo político puede tensar relaciones internacionales. La permanencia de Chávez, sumada a las declaraciones de ambos gobiernos, mantiene el ambiente diplomático en un punto crítico. Se trata de un tema que difícilmente se resolverá sin intervención regional.







