Desde que Samuel García y Mariana Rodríguez tomaron las riendas de Nuevo León, el estado ha sido testigo de una gestión tan desconcertante como alarmante. Tatiana Clouthier, ex secretaria de economía, no se ha callado al calificar esta administración como bipolar, y con razón. Mientras medio estado clama por agua potable, la pareja naranja decide adoptar un perrito, ¿y qué nombre le ponen? ¡Alberto, como si burlarse de la tormenta que devastó a la región fuera una gracia!
Prioridades Revertidas
Nuevo León, lamentablemente, ocupa el quinto lugar en homicidios a nivel nacional. ¿Y cuál es la respuesta de Samuel García? Un juego de indecisiones y contradicciones digno de una novela de ficción. Primero, se niega a iniciar las reconstrucciones post-Tormenta Alberto, argumentando que vendrán más lluvias, para luego cambiar de opinión. ¿Qué clase de liderazgo es este que juega con las urgencias de un estado?
Entre Gobernar e Influenciar
La línea entre gobernar y ser influencer parece cada vez más difusa para García y Rodríguez. Sus constantes apariciones en redes sociales, con viajes a la CDMX y la adopción mediática de “Alberto” el perrito, ¿realmente reflejan preocupación por los ciudadanos? O más bien, ¿es una estrategia para desviar la atención de los problemas reales?
El Desprecio por las Verdaderas Prioridades
Tatiana Clouthier ha sido clara: Samuel García y Mariana Rodríguez no entienden las verdaderas prioridades de Nuevo León. Mientras la inseguridad y las secuelas de desastres naturales azotan a la población, ellos optan por un circo mediático que solo agrava la situación. ¿Hasta cuándo los neoleoneses tendrán que soportar esta incompetencia disfrazada de liderazgo?
Conclusiones Claras
Es tiempo de exigir un liderazgo verdadero para Nuevo León. Uno que no se base en la frivolidad ni en juegos políticos, sino en acciones concretas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. Samuel García y Mariana Rodríguez deben dejar de lado sus juegos de redes y enfocarse en resolver los problemas reales del estado. Los neoleoneses merecen más que un espectáculo; merecen un gobierno responsable y comprometido.
