Hace un año, el gobierno de Nuevo León, encabezado por el gobernador Samuel García, anunció con bombo y platillo la adquisición del helicóptero Black Hawk como una de las principales medidas para combatir la creciente inseguridad en el estado. Con una inversión millonaria de 76 millones de pesos, el objetivo era fortalecer la vigilancia aérea de Fuerza Civil y reducir los índices de violencia, especialmente los homicidios vinculados a la delincuencia organizada. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados, y la inseguridad en el estado no ha mostrado una disminución significativa.
Millonaria Inversión sin Resultados Visibles
El helicóptero Black Hawk, considerado una aeronave de alto rendimiento en operaciones de seguridad, fue presentado como una solución de gran impacto para Nuevo León. No obstante, el aumento en los índices de violencia, con más de 1,700 asesinatos registrados entre agosto de 2023 y 2024, refleja que la inversión de 76 millones aún no ha generado el cambio prometido. Este gasto, que equivale a 4.5 millones de dólares, ha sido motivo de críticas por el limitado impacto en la seguridad pública y la falta de reducción en los crímenes de alto impacto.
Black Hawk: ¿Otro Gasto para el Erario?
A la inversión inicial del helicóptero se sumó un seguro adicional de casi 6 millones de pesos, adjudicado a Seguros El Potosí S.A. en agosto de 2024. Este seguro ha generado controversia debido a sus limitaciones de cobertura, ya que la empresa no se hace responsable de ciertos incidentes que puedan ocurrir durante el uso operativo de la aeronave. El elevado costo de esta póliza, en comparación con el limitado uso en resultados tangibles, plantea preguntas sobre la efectividad de esta adquisición y la administración de los recursos estatales.
¿Se Ocultan Datos de Siniestros del Black Hawk?
Además de la falta de resultados visibles, la administración estatal ha generado suspicacias al reservar durante cinco años los datos operativos y de siniestros del helicóptero. Durante el proceso de adjudicación del seguro, aseguradoras solicitaron a la Secretaría de Administración informes sobre posibles incidentes previos que involucraran a la aeronave. Sin embargo, la dependencia se limitó a responder que “no se ha reportado siniestralidad” sin ofrecer más detalles, una respuesta que ha dejado abierta la posibilidad de que se esté ocultando información relevante sobre el uso y estado del Black Hawk.
Violencia en Ascenso a Pesar de la Presencia del Black Hawk
Contrario a las expectativas, los índices de violencia en Nuevo León siguen en aumento. Tan solo en septiembre de 2024, el estado registró 1,298 muertes ligadas a la violencia, en un contexto que recuerda los años más difíciles en la lucha contra el narcotráfico. Los homicidios dolosos, que llegaron a un promedio de dos dígitos diarios en los meses más críticos, revelan una tendencia alarmante y un desafío para la estrategia de seguridad del estado. La inversión en el helicóptero y su operación no parecen estar a la altura del problema.
Helicóptero Black Hawk y Fuerza Civil: ¿Una Promesa Fallida?
El helicóptero Black Hawk es solo una de las varias aeronaves que Fuerza Civil ha incorporado a su División Aérea, que cuenta con otros helicópteros para vigilancia y respuesta. No obstante, los resultados siguen siendo cuestionables. La inversión en equipo militar no se ha reflejado en una mayor tranquilidad para los ciudadanos de Nuevo León, quienes esperaban que los 76 millones invertidos se tradujeran en mayor seguridad.
Con la violencia aún en ascenso y sin una estrategia clara, el helicóptero Black Hawk se perfila cada vez más como una promesa fallida y un gasto cuestionable para el estado. A medida que el gobierno enfrenta crecientes críticas, el llamado de la ciudadanía es claro: mejorar la transparencia en el uso de los recursos públicos y en las estrategias de seguridad que verdaderamente protejan a la población.
A un año de la promesa del gobernador y con una inversión que supera los 76 millones de pesos, los resultados del helicóptero Black Hawk en la lucha contra la delincuencia en Nuevo León siguen siendo difusos. Sin una reducción visible en los índices de violencia y con la inquietud de una inversión pública sin beneficios claros, el debate continúa sobre la efectividad de esta y otras iniciativas de seguridad en el estado.
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