El 2024 se consolidó como el segundo año más violento en la historia reciente de Nuevo León, con 1,599 homicidios registrados, superando los índices del narcoguerra de 2012. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para frenar la violencia, el estado ha enfrentado una crisis de seguridad, con altos índices de muertes violentas y un clima de inseguridad generalizada. Sin embargo, en los últimos meses del año, se observó una leve disminución en los homicidios, lo que ofrece algo de esperanza, aunque los expertos advierten que la violencia podría repuntar en el futuro debido a las tensiones entre cárteles que luchan por el control de territorios clave.
2024: un año de altos índices de violencia en Nuevo León
A lo largo del 2024, la tasa de homicidios mensuales en Nuevo León superó los 100 casos de manera constante, destacando los meses de mayo y junio como los más violentos, con 178 y 175 homicidios, respectivamente. Estos altos índices de violencia son preocupantes, ya que los niveles de homicidios de estos meses superaron incluso los de las épocas más críticas de la narcoguerra, lo que generó alarma tanto en la población como en las autoridades.
El mes de mayo fue particularmente crítico, con un total de 178 muertes violentas. Este número de asesinatos marcó un nuevo récord para el año, superando los 171 homicidios registrados en marzo de 2012, un periodo que había sido uno de los más sangrientos en la historia reciente del estado. El 2024 también registró varios días con una cantidad alarmante de homicidios, siendo el 26 de junio y el 25 de septiembre los días más sangrientos, con 14 muertes violentas cada uno.
A pesar de la violencia persistente durante los primeros ocho meses del año, las autoridades implementaron el “Operativo Muralla”, una estrategia enfocada en aumentar la vigilancia en las carreteras y evitar que grupos criminales ingresaran a la región. Este operativo, según las autoridades, fue fundamental para lograr una disminución de los homicidios a partir de septiembre, cuando se observó una caída significativa de los asesinatos, alcanzando una reducción del 55% en diciembre.
Disminución de homicidios, pero no sin riesgos
A pesar de la disminución notable de homicidios en la recta final de 2024, con 69 muertes registradas en diciembre, los expertos advierten que esta baja no debe generar complacencia. Si bien los esfuerzos por parte de las autoridades estatales y federales, como el “Operativo Muralla”, han tenido un impacto positivo en el control de la violencia, la lucha por el control del narcomenudeo y el robo de combustibles sigue siendo una fuente de conflicto entre los cárteles que operan en la región.
Según la Fiscalía General de Justicia del Estado, un 90% de los homicidios registrados en 2024 estuvieron relacionados con esta lucha entre organizaciones criminales que compiten por el dominio de territorios estratégicos para sus actividades ilícitas. El narcotráfico y el robo de combustibles han sido dos de los motores principales de la violencia en Nuevo León, y, a pesar de la aparente disminución de homicidios en los últimos meses, los expertos aseguran que este repunte de violencia podría no ser definitivo.
La incertidumbre en la lucha contra la violencia
El informe sobre la disminución de homicidios en los últimos meses de 2024 es positivo, pero los analistas advierten que la situación sigue siendo crítica. Andrés Sumano, investigador del Colegio de la Frontera Norte, señaló que, aunque es alentador ver la disminución de los homicidios, la dinámica de los cárteles y sus estrategias podrían cambiar en cualquier momento, lo que provocaría un repunte en los crímenes violentos. Los especialistas coinciden en que la lucha por el control del narcotráfico y otras actividades criminales no está cerca de concluir, y que las autoridades deben estar preparadas para enfrentarse a un panorama de violencia constante.
El gobierno estatal, encabezado por el gobernador Samuel García, ha intentado implementar diversas estrategias para mejorar la seguridad y reducir la violencia en el estado, pero hasta el momento, el control de la seguridad pública sigue siendo un reto significativo. Aunque las fuerzas de seguridad han logrado algunas victorias importantes, como la reducción de homicidios en algunos meses, la violencia sigue siendo una amenaza persistente en las zonas más afectadas por el crimen organizado.
El impacto de la violencia en la sociedad
Los homicidios no solo afectan a las víctimas directas, sino que también tienen un impacto profundo en la sociedad de Nuevo León en su conjunto. La creciente violencia ha generado un clima de inseguridad y miedo entre los ciudadanos, lo que ha afectado tanto a la vida cotidiana como al desarrollo económico de la región. La falta de seguridad también ha influido en la confianza de los inversionistas y en la calidad de vida de los habitantes, quienes han tenido que adaptarse a las restricciones impuestas por las autoridades para protegerse de la delincuencia.
La creciente violencia también ha tenido un impacto negativo en la percepción del gobierno y su capacidad para garantizar la seguridad pública. A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades, muchos ciudadanos siguen considerando que la lucha contra la violencia está lejos de ser efectiva. En este contexto, la población exige un cambio en las políticas de seguridad y una mayor inversión en recursos y estrategias para combatir la violencia de manera efectiva.
Desafíos para el futuro: seguridad y paz social
Con el inicio de 2025, el reto de garantizar la seguridad en Nuevo León sigue siendo uno de los principales problemas a resolver. Las autoridades locales y federales deberán continuar con sus esfuerzos para frenar la violencia y evitar que los homicidios vuelvan a dispararse. La cooperación entre las diferentes instancias de gobierno y las fuerzas de seguridad será crucial para lograr avances significativos en la reducción de la violencia.
A largo plazo, se necesitarán políticas más eficaces que no solo aborden los efectos de la violencia, sino que también trabajen en la prevención de los delitos y la construcción de una sociedad más segura. La violencia en Nuevo León es un fenómeno complejo que requiere de un enfoque integral, que involucre no solo a las autoridades, sino también a la sociedad en su conjunto, para lograr una paz duradera.
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