- Un Pasado Marcado Por Acoso Psicológico
- Una Lista De Agresores Para Prevenir Más Casos
- Un Llamado A Más Atletas Para Impulsar Cambios
La violencia deportiva marcó la vida de Teresa Alonso y hoy se convirtió en la causa que impulsa su trabajo como activista. La exatleta busca que la violencia deportiva sea reconocida en la ley como delito y que exista una lista de agresores para evitar que casos como el suyo se repitan. También pretende visibilizar el acoso psicológico que enfrentan muchos atletas en México y presionar a legisladores para que actúen.
Un Pasado Marcado Por Acoso Psicológico
La trayectoria de Teresa Alonso, conocida como “La Sirena de Oro”, estaba llena de logros. Fue seleccionada nacional de natación artística, destacó en competencias internacionales y representó al país en juegos regionales y panamericanos. Sin embargo, su carrera se vio opacada por el acoso psicológico que sufrió por parte de su entrenadora, Adriana Loftus. Esa dinámica desgastó su vida personal y deportiva.
La violencia deportiva se hizo evidente en constantes críticas sobre su cuerpo. A pesar de que los exámenes médicos mostraban que estaba en óptimas condiciones, era señalada y humillada. Con comentarios ofensivos, la entrenadora la llamaba gorda y chaparra. Con el tiempo, esa presión afectó gravemente su salud. Llegó al hospital por daños en el tubo gástrico, una consecuencia directa del estrés acumulado.
Teresa Alonso denunció el acoso psicológico desde enero de 2020. Junto a otras nadadoras buscó justicia ante distintas autoridades. Acudió a la Comisión de Apelación y Arbitraje Deportivo, pero el caso terminó en una resolución ambigua tras cinco años de proceso. Ninguna institución dio una solución clara, lo que la dejó sin respaldo y sin una ruta para frenar la violencia deportiva dentro del ámbito.
Denuncias De Violencia Deportiva Que No Avanzan Y Años Perdidos
La deportista no se quedó con una sola denuncia. También llevó su caso a la Conade, al Conapred, a la CNDH y a la entonces FINA, ahora World Aquatics. En ninguna obtuvo una sanción contra la entrenadora. Teresa Alonso descubrió incluso que existían reportes desde 1987 y 1996 por comportamientos similares. Esto confirmó que la problemática era más amplia de lo que imaginaba.
Los cinco años que pasó fuera del entrenamiento para evitar a su agresora destruyeron su carrera. Para un atleta de alto rendimiento, ese tiempo es irreversible. La violencia deportiva no solo afectó su salud física y emocional. También terminó con su trayectoria y con su posibilidad de seguir compitiendo. Esta experiencia explica por qué ahora busca un cambio profundo en las leyes.
Con el proceso inconcluso y una respuesta institucional insuficiente, empezó a cuestionar quién debía hacerse responsable. Según relata, cada institución se deslindó. Nadie tenía contratada a la entrenadora, pero todas utilizaban sus servicios. Esto la llevó a concluir que el sistema deportivo tiene vacíos que permiten que el acoso psicológico continúe sin consecuencias.
Una Lista De Agresores Para Prevenir Más Casos
Hoy, su esfuerzo se enfoca en modificar ese sistema. Teresa Alonso quiere que el Congreso incluya la violencia deportiva como delito en el Código Penal. Esta figura permitiría investigar y sancionar tanto el daño físico como el daño emocional o económico que sufren deportistas bajo una relación de autoridad. La violencia deportiva sería reconocida como un abuso propio del entorno deportivo.
Además, impulsa la creación de una lista de agresores. Esa herramienta serviría para evitar que entrenadores que ejercen acoso psicológico o cualquier abuso se muevan entre instituciones sin enfrentar consecuencias. Actualmente, explica, basta con que un agresor cambie de estado o se integre a otra organización para continuar trabajando sin problemas.
Mediante la colectiva Ni Un Atleta Más, integrada por deportistas de distintas disciplinas, presentó una propuesta formal. También abrió una petición en Change.org para reunir firmas y presionar a legisladores. Hasta ahora, ningún partido ha querido asumir la iniciativa. Según señala, solo reciben respuestas evasivas que no avanzan hacia una solución real.
Definir Legalmente Qué Es Violencia Deportiva
La activista ya trabaja en una definición clara del concepto. Para ella, la violencia deportiva debe incluir actos u omisiones ejercidos en entrenamientos, competencias, procesos de selección o viajes. Debe abarcar conductas que afecten el bienestar físico, emocional, sexual, económico o institucional del atleta. Todo esto ocurre con frecuencia bajo la sombra del deporte profesional.
También insiste en que esta violencia se aprovecha de la relación de autoridad entre entrenadores e instituciones. En muchos casos, los atletas dependen económicamente de esas figuras. Esa dependencia hace que el acoso psicológico se normalice y que denunciar sea más difícil. Sin una tipificación, ningún organismo entiende el contexto real en el que surgen estas agresiones.
Para los deportistas, explica, la vida gira en torno al entrenamiento. Muchos son jóvenes que dejan sus hogares y se trasladan a centros de alto rendimiento. Allí trabajan, conviven y dependen emocionalmente de sus entrenadores, lo que los hace vulnerables. En ese ambiente, la violencia deportiva puede pasar desapercibida o considerarse parte del proceso de formación.
Un Llamado A Más Atletas Para Impulsar Cambios
Teresa Alonso asegura que muchos atletas viven situaciones similares. En la colectiva se reúnen personas de halterofilia, judo, porrismo, artes marciales, jiu-jitsu, natación y paraciclismo. Cada una aporta su historia y su experiencia. La idea es impulsar un cambio conjunto y exigir que la violencia deportiva sea reconocida oficialmente.
Por ello, invita a otros deportistas a sumarse. Los convoca a firmar la petición y a visibilizar el acoso psicológico y otras formas de abuso en el deporte mexicano. Considera que este es el momento para exigir que se respeten procesos selectivos, apoyos económicos y condiciones justas para entrenar y competir.











