El gobernador de Nuevo León, Samuel García, se encuentra en el centro de una nueva polémica tras la adquisición de un rancho de 700 hectáreas en Burgos, Tamaulipas. Valuada en 800 millones de pesos, la propiedad ha transformado la dinámica de las comunidades vecinas con visitas constantes, maquinaria pesada y el ruido de helicópteros que acompañan su presencia.
Vecinos denuncian alteración en la zona
Habitantes de los Ejidos Mederos y El Peñón han señalado que la tranquilidad que caracterizaba a la región se ha visto gravemente afectada desde que comenzaron las actividades en el rancho. Según los testimonios, la propiedad adquirida en diciembre de 2023 por la empresa Saga Tierras y Bienes Inmuebles, vinculada al mandatario y su padre, ha implicado la apertura de una brecha de tres kilómetros por donde entra maquinaria pesada, material de construcción y vehículos escoltados por elementos de Fuerza Civil.
“El gobernador pasa por aquí seguido, siempre acompañado de policías y patrullas. Cuando no viene en helicóptero, llega por carretera, y el movimiento no para”, expresó un habitante del Ejido Mederos que pidió no ser identificado. Además, trabajadores que participan en la construcción han denunciado que deben entregar sus celulares al iniciar sus turnos para evitar filtraciones de imágenes del interior del rancho.
El predio, identificado como finca número 156, incluye al menos dos casas grandes, áreas sociales, una sala de trofeos, una alberca, dos represas y un helipuerto, según testimonios recabados en un recorrido por la zona. Estas construcciones han sido motivo de inquietud entre los ejidatarios, quienes denuncian el impacto ambiental causado por la deforestación y el paso constante de maquinaria.
Actividades del gobernador generan controversia
La situación ha levantado cuestionamientos sobre el uso de recursos públicos y la presencia de elementos de Fuerza Civil durante las visitas al rancho. Ejidatarios afirman que, aunque algunos miembros de las comunidades dieron su aprobación para la apertura de la brecha, otros se opusieron debido al impacto ambiental y la alteración de la dinámica local. “Ya cortaron mucha vegetación para meter las máquinas. Todo esto antes era tranquilo, pero ahora tenemos ruido constante y paso de vehículos pesados”, comentó un habitante de El Peñón.
La propiedad del gobernador ha sido diseñada para incluir una colección de animales exóticos, exhibidos en la presunta sala de trofeos. Este detalle ha generado críticas adicionales sobre las prioridades del mandatario, mientras que Nuevo León enfrenta problemas financieros y sociales. La elección de Burgos, una zona conocida por problemas de inseguridad, también ha sido cuestionada, lo que llevó a los encargados de la obra a buscar rutas de acceso alternativas desde Nuevo León.
Por su parte, trabajadores locales que participan en la construcción deben acatar estrictas medidas de seguridad, incluida la entrega de sus teléfonos móviles al inicio de cada jornada. Esta práctica busca evitar que se divulguen detalles o imágenes de las obras en curso, lo que ha generado inconformidad entre algunos empleados.
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La adquisición y construcción de este rancho por parte del gobernador de Nuevo León plantea serias dudas sobre el impacto ambiental, el uso de recursos públicos y las prioridades de su administración. Mientras los ejidatarios lidian con los cambios en su entorno, crece el debate sobre la transparencia y ética detrás de este proyecto millonario.
